El
grup Tramuntana Floreal, cofundador durant la denominada Transició
de la FA-CC (Federació Anarquista-Comunuista Catalana), vol fer unes consideracions sobre la crítica del
col·lectiu EL LIBERTARIO:
1.-
La FAI, que publica al seu òrgan ‘TIERRA Y LIBERTAD’, # 298,
maig 2013, pàgines 3-6, aquest escrit crític amb la FAU, que al
Regne d’Espanya representa l’antiga FIGA, ara col·lectiu APOYO
MUTUO / SUPORT MUTU, és una organització històricament considerada
ESPECÍFICA, al menys des de la seva fundació a València l’any
1927, en que no es va arribar a tractar de la Plataforma d’Unió
Anarquista de 1926 ja que solament hi havia una versió escrita en
francès i no encara no s’havia traduït a cap llengua de la
Península, fins l’any 1978 en que el nostre grup Tramuntana
Floreal va abandonar la seva adhesió a la Federació Anarquista de
Catalunya de la FAI.
2.-
En el congrés de la Federació Local de Barcelona de la FAI de
febrer de 1974 es va adoptar una posició plataformista, un congrés
que va servir per rellançar a la ciutat la FAI.
3.-
El grup Tramuntana Floreal sempre actua en contra els règims
stalinistes, igual que la FA-CC des de la seva fundació. Cal
recordar la col·laboració per desmuntar l’antiga URSS i tots els
sistemes de capitalisme d’Estat que es va fer amb la Federació
Anarquista Comunista de Bulgària (FACB).
4.-
El grup Tramuntana Floreal defensa la necessitat d’organitzacions
anarquistes comunistes revolucionàries específiques de caire
plataformista (1926) al mateix temps que discrepa amb els criteris de
la FAU, la FARV i tota mena d’organitzacions que donen suport al
bolivarisme chavista o al mateix castrisme. Cosa que no deixa de
defensar la necessitat d’organitzacions específiques
plataformistes en comptes de les anomenades de síntesi, com ara la
FAF i darrerament, segons sembla, la pròpia FAI, que trenca amb la
seva història especifista peninsular.
5.-
Considerem que EL LIBERTARIO fa una crítica revolucionària al
chavisme i al castrisme, cosa que no vol dir que per això la
militància anarquista comunista catalana que en el seu moment es va
aplegar en la FA-CC deixi de pensar en la necessitat d’organitzar-se
a nivell específic i a l’entorn dels principis organitzatius i
estratègics de la Plataforma russa i ucrainiana de 1926.
Salut
i revolució social!
--
Respuesta
a la declaración de la FAU ante la muerte de Chávez
Colectivo
Editor de EL LIBERTARIO (Venezuela)
En
memoria del querido compa Rafael Spósito (a) Daniel Barret
Fechada
al día siguiente del deceso del presidente venezolano, se divulgó
la declaración titulada “La muerte de Hugo Chávez.
Su repercusión
en América Latina y el mundo” [1], publicada y mantenida (hasta el
momento de escribir estas líneas) en lugar destacado de la página
web de la Federación Anarquista Uruguaya – FAU, agrupación que
firma como responsable de ese texto.
Allí se proponen diversas
consideraciones sobre la personalidad del fallecido, sobre su rol
histórico en Venezuela y Latinoamérica, sobre el gobierno y el
movimiento político que encabezó, y sobre el proceso político-
social contemporáneo venezolano, apuntando a una valoración y a
unas conclusiones en relación a las cuales nos ha parecido
obligatorio expresar nuestra réplica, pues esa declaración, en base
a estimaciones erradas y/o desinformadas sobre Chávez y Venezuela,
apunta a un juicio positivo, no sólo ajeno a lo que desde el
anarquismo cabría decir, sino además sugiriendo un curso de acción
(el así llamado ‘apoyo crítico’) ante esa clase de figuras y
sus gobiernos que, según entendemos, desnaturaliza totalmente al
ideal y la práctica ácrata, que por esa vía termina por
convertirse en remedo del marxismo, especialmente en cuanto a
limitaciones y fallas.
Tropezar
con la misma piedra 50 años después
Se
repite un recorrido similar al que en la década de 1960 llevó al
‘apoyo crítico’ brindado por la FAU al castrismo en Cuba, que
tuvo resultados tan negativos para la propia FAU, para el anarquismo
latino americano en general y para el anarquismo cubano en concreto.
En ese entonces, y a decir de Daniel Barret en “El movimiento
anarquista uruguayo en los tiempos de cólera” [2], la Federación
Anarquista Uruguaya, fundada en 1956 y reconocida como expresión
importante del movimiento socialista libertario en esta parte del
mundo, terminó convirtiéndose en ‘la FAU sin puntitos’, donde
las definiciones anarquistas –al igual que los puntos de las
siglas- iban perdiéndose a fuerza de repetir discursos, acciones y
errores del marxismo latino americano en aquellos tiempos.
No
es el caso escudriñar aquí lo que terminó significando aquella
postura de la FAU, pero para quien desee información y análisis al
respecto hay, además del ensayo mencionado, otro texto de Barret:
“Cuba y la revolución latino americana”, en particular la
sección "Cuba, el socialismo y la libertad" [3]. También
se discute el tema en el libro _El anarquismo en Cuba_ de Frank
Fernández [4]; en “Los 'extravíos' teórico- ideológicos del
pensamiento ácrata contemporáneo ”, de Gustavo Rodríguez [5]; en
el artículo de Nelson Méndez “Anarquismo en América Latina:
conside raciones en torno a su historia, rasgos y perspectivas”
[6]; y en el panfleto (en inglés, con varios autores) _The
Federation Anarquista Uruguaya (FAU): Crisis, Armed Struggle and
Dictatorship_ [7].
Más
adelante, en los años 80, cuando la organización uruguaya empieza a
reconstruirse de la feroz represión bajo la dictadura militar,
parecía que esas visiones ambiguas quedaban atrás; pero cuando
llega el siglo XXI vemos como éste y otros grupos de sesgo
plataformista /especifista en el anarquismo continental van a
posicionarse con un extraño silencio y neutralidad frente a
gobiernos ‘de izquierda anti imperialista’ como la añeja
dictadura cubana y la flamante ‘revolución bolivariana’, aunque
en el segundo caso y con el correr de los años la neutralidad ha
dado paso a diversas expresiones de simpatía o hasta respaldo,
algunas ensayando sin éxito a ser más matizadas, como en el
documento de la FAU y en el que con similar prédica suscribe Manu
García desde Chile [8], otras en adhesión apologética y delirante
(véase la proclama de la Organización Comunista Libertaria de Chile
[9]). El resultado es que, a fin de cuentas, terminamos respirando un
aire de familia deplorable entre enfoques suscritos por la FAU con
medio siglo de diferencia, hoy sobre Venezuela y otrora ante Cuba,
como si la historia y la experiencia valiesen para muy poco o nada.
Mito
y discreción desde la Banda Oriental
Es
necesario reproducir letra por letra el primer párrafo de la
declaración de la FAU, dado que allí se recoge de un modo patente
la apreciación que sus redactores tienen sobre Chávez, su actuación
como gobernante y el legado que deja:
«Una
fuerte conmoción se paseó por el mundo, había muerto un gobernante
y militante de características singulares. Bastante controvertido,
polémico y polemista, de afirmaciones políticas vigorosas,
creativo, incansable en su decir y proponer, de potente carisma.
Trajo a la escena social política el nombre de socialismo cuando ya
pocos o casi nadie, a nivel de gobiernos en una estructura
capitalista, hacía mención a tal nombre, mucho menos después de la
caída del llamado socialismo real. Con Marx y Dios en su boca lanzó
un original socialismo del siglo XXI. Todavía se discute que
contenido tiene tal concepto. Estaba entonces, como sigue estando, en
el trono de la infamia el modelo neoliberal. Su hacer político lo
marcó con sello muy personal. Gobernante paternalista, personalista,
autoritario fueron las definiciones más frecuentes que se usaron
para su accionar. Creo mística y esperanza en gran parte de su
pueblo y también en parte de otros pueblos de América Latina. Con
energía gritó fuerte, con ciertas contradicciones, su anti
imperialismo, acerca de la Patria Grande latino americana, de la
Independencia , sobre Poder Popular creado fúndame netamente desde
arriba. Tejió desde su gobierno, con bastante de su impronta,
relaciones políticas con varios gobiernos del mundo. Hizo efectiva
una política solidaria con países latino americanos e incluso más
allá de esta área: venta de petróleo en condiciones ventajosas, y
otras ayudas, a tren de ejemplo, para recuperación de industrias que
llevarían adelante obreros, como en nuestro país. De la misma forma
propuso y perseveró en la construcción de nuevos organismos a nivel
latino americano fundamentado que con ello se lograría más
independencia que traería mejorías importantes para el nivel de
vida del pueblo.»
Ante
esa descripción, nuestra reacción inicial fue de incredulidad. ¿Es
de esperar, desde una agrupación que se reclame dentro del
anarquismo, parecida descripción indulgente del cabecilla de un
Estado capitalista, para más señas de profesión militar, que
siempre se presentó (por él mismo y por sus seguidores) como una
suerte de líder con sabiduría absoluta e intenciones por definición
positivas al que sólo cabía obedecer? Sin duda hay allí algunas
calificaciones críticas al personaje, pero quien redacta es
cuidadoso en no presentarlas como opinión de la FAU, sino
asignándose a voces indeter minadas pero que, se presume, serían de
maliciosos adversarios de Chávez. Pasa lo contrario con la
adjetivación positiva, que se tributa al difunto en extenso y sin
ninguna de las cautelas de redacción, disculpas de simpatizante o
recelos ideológicos que hay para anotar algo en su contra. Lo cierto
es que a cualquiera que lea ese párrafo le resulta claro el tono
general de alabanza y que para quienes lo suscriben Chávez tiene
lugar asegurado en el panteón revolucionario continental, pues
habría sido un magno paladín responsable de la resurrección del
socialismo, voz del anti imperialismo y rostro de las esperanzas
latino americanas.
Desmenuzando
el panegírico
Examinemos
las afirmaciones en torno a las cuales el documento de la FAU traza
esa mirada laudatoria, contenidas en las palabras citadas y en otras
partes del texto, que desde nuestra visión son insostenibles y del
todo refutables al contrastarlas con hechos y procesos reales:
Comienza
la FAU con una lista de lo que exaltan como « caracte rísticas
singulares» del personaje: una de ellas sería su condición de
«polemista», lo que ciertamente jamás vimos en Venezuela, donde
este incansable monologuista nunca aceptó participar en debates
frente a sus contendores en elecciones presidenciales (una de sus
excusas se hizo con una frase recordada: ‘águila no caza moscas’);
otro rasgo es la capacidad de «creativo», de la que nos ocuparemos
luego al describir el engendro más connotado del cual sería autor:
‘el socialismo del siglo XXI’.
Además,
se dice de Chávez que «Creó mística y esperanza en gran parte de
su pueblo». ¡Lo que fomentó fue la demagogia, la ilusión
mesiánica y el clientelismo sustentado en el auge de la renta
petrolera!, algo que por lo demás no es nuevo en la historia
nacional, pues ya en el pasado medios parecidos sustentaron el
respaldo popular que en la mayor parte del siglo XX recibió Acción
Democrática, el partido político cuyos caudillos más
significativos fueron Rómulo Betancourt y Carlos Andrés Pérez. La
diferencia con el chavismo es que se sustituyó el agotado discurso
del populismo social demócrata de A.D. por verborrea con tonos
marxistoides y ‘anti imperialistas’, pero manteniendo tantas
semejanzas respecto al lenguaje del viejo partido, con las prácticas
que le caracterizaron en el ejercicio del poder, así como en las
conductas personales de sus dirigentes y muchos de sus militantes,
que ya es lugar común en Venezuela identificarlos como ‘adecos con
boina roja’, lo que no es para nada un halago.
Hay
una insistencia reiterada en el documento, condensada en la siguiente
frase para describir al Comandante- Presidente: «Con energía gritó
fuerte, con ciertas contradicciones, su anti imperialismo ».
Aparentemente serían menores -y ni siquiera vale la pena describir
esas «ciertas contradi cciones », pues para la FAU lo deslumbrante
es el supuesto rugido anti-imperialista. Pero resulta que hay
abrumadora evidencia en que la pirotecnia verbal de Chávez fue sólo
cobertura para disimular una vergonzosa cesión del patrimonio del
país al capital transnacional, que es el mayor soporte y
beneficiario de ese imperialismo contra el cual vociferó tanto.
Ejemplos
sobran en el renglón de hidrocarburos , fundamental en Venezuela
[10]: las empresas mixtas, donde el Estado –que tenía control
total de esos recursos desde 1976- cede a sus socios extranjeros la
propiedad de hasta un 40 % en los yacimientos petroleros y 80 % en
gas [11]; el amoroso trato y excelente rendimiento económico del
cual han disfrutado corporaciones yankis como Chevron, Halliburton y
Schlumberger; los acuerdos que atan volúmenes crecientes de la
futura producción venezolana al pago de deudas contraídas con China
en términos de usura; o las enormes erogaciones con que la petrolera
estatal PDVSA agracia a sus competidores al comprarles crudo para sus
refinerías del exterior y gasolina para el mercado nacional.
Pero
tampoco faltan las pruebas en otras áreas: los U$A como principal
exportador e importador en el mercado venezolano; el negocio más que
redondo hecho por la banca especuladora transnacional con los títulos
de deuda emitidos por el gobierno chavista; la admisión de tratados
contra la doble tributación que son una delicia para el capital
foráneo, donde no sólo siguen vigentes 17 convenios internacionales
que venían del anterior gobierno de Caldera, sino que se han
suscrito 19 tratados más; la sumisa entrega de la prospección
minera en todo el territorio venezolano a la empresa china Citic
Group; las macro-compras de armamentos a capitalistas españoles y
rusos[12]; los más que lucrativos contratos a favor de compañías
constructoras como las brasileñas Odebrecht y Andrade Gutiérrez o
la ibérica Essentium; la creciente presencia de pulpos trans
nacionales para controlar áreas en expansión y tan rentables como
tele comunicaciones (DirectTV, Digitel, Movistar) o seguros (Liberty
Mutual, Mapfre, Zurich); y así podría seguirse con una larga lista
de esas «ciertas contradicciones » que la FAU con mucho tacto
prefiere desestimar o silenciar, aún siendo hechos de tal peso que
desnudan como pura hipocresía al tal grito anti imperialista.
Para
más detalles sobre estos y otros compromisos entreguistas pasados,
presentes y futuros de la ‘revolución bolivariana’ con el
capital transnacional, desde EL LIBERTARIO hemos divulgado un mapa
titulado “Venezuela, trans nacionales, militarismo y resistencias”,
donde se representan y describen tanto muchos de esos compromisos
como las luchas de resistencia que han enfrentado. Puede verse en
nuestro # 63 (mayo-junio 2011) y en nuestra web. Así mismo, debe
consultarse lo disponible
en los blogs informativos venezolanos como el del periodico el
libertario, soberania y la clase.
Gobernar
al gusto de la FAU (y de ciertos autócratas)
«Tejió
desde su gobierno, con bastante de su impronta, relaciones políticas
con varios gobiernos del mundo.» ¡Vaya manera elegante y comedida
para referirse a los tratos de Chávez con tantas autoridades
estatales impresentables, que han alegado ser anti imperialistas por
romper el aislamiento internacional y/o por necesidad de
petrodólares! Citemos a algunos de esos amigos entrañables que se
fueron acercando al ahora difunto: el gobierno teocrático de Irán,
la sangrienta familia Al Assad de Siria, un amplio surtido de
dictadores africanos (por ejemplo: Mugabe de Zimbawbe, Jammeh de
Gambia, Obiang de Guinea Ecuatorial o el occiso Gaddaffi), el
grotesco Lukaschenko de Belarús, el capo mafioso Putin de Rusia, y
-¡cómo olvidarlos!- los hermanos Castro de Cuba. Por lo demás, en
este punto y en lo referido en líneas anteriores, la FAU parece ver
al imperialismo sólo como el imperialismo yanki, así que termina
por creer que todo lo que se diga o presente en contra de los gringos
es un progreso, aunque sea a costa de silenciar –por pretendidas
razones tácticas- los abusos, la opresión y la explotación que
perpetran otros imperialismos y otras formas de dominio brutal.
De
modo explicito en ese primer párrafo repetidamente citado, y
reiterándose en otras partes del documento, se resalta la
importancia histórica de Chávez a cuenta del empleo demagógico y
tramposo que hizo de términos como socialismo, anti imperialismo o
poder popular. De ser así, ¿esa excusa vale también para otros
usuarios de esas voces como la dictadura de los Castro en Cuba, el
despotismo hereditario- militarista que reina en Nor-Corea, o el
capitalismo salvaje hoy imperante en China o Vietnam?
Eso
por no hablar de hasta dónde llegó la gestión del finado en cuanto
a la construcción concreta del socialismo en Venezuela, respecto a
lo cual el economista Víctor Álvarez, quien ha ejercido de alto
funcionario y es notorio simpatizante chavista, resume los resultados
en los datos estadísticos -claros en sentido, aunque confusos en
aritmética- que aportó en declaración al diario ÚLTIMAS NOTICIAS
del 7/6/10: «El capitalismo [privado] en Venezuela aumentó de 64,7%
del PIB en 1998 a 70% en 2009, mientras que el sector público cayó
de 35% a 30%. "La economía social no llega al 2%".» [13]
Y si como vocifera la propaganda oficial, se pretende la condición
de socialista a cuenta de logros originales y épicos en el bienestar
colectivo, el espejismo se deshace al examinar a conciencia y con ojo
crítico los resultados proclamados, como lo verifica Rafael
Uzcátegui en la segunda parte de su libro _Venezuela: la Revolución
como espectáculo_ [14], obra cuyo documentado enfoque se continúa
en diversos artículos de posterior publicación en EL LIBERTARIO,
siendo el más reciente ejemplo “Estadísticas, falsificación y
académicos ‘progres’”, incluido en el # 69 de abril-mayo de
2013.
En
otro orden de la acción gubernamental chavista, la descarada compra
del apoyo de caciques políticos de nuestra área (recordar la maleta
de dólares para la campaña electoral de la ‘fashion’ Cristina
K., las donaciones navideñas para el turbio Ortega de Nicaragua, o
la entrega de guerrilleros al gobierno colombiano) se disimula dentro
de lo que el documento de la FAU bautiza como «política solidaria
con países latino americanos », sugiriendo que han sido los pueblos
y no el respectivo Estado y el Capital -privado o burocrático- los
beneficiarios principales e inmediatos de los vínculos con
Venezuela. Se da como ejemplo de esa solidaridad hacia Uruguay haber
provisto recursos para la «recuperación de industrias que llevarían
adelante obreros», obviando que la gran tajada de los intercambios
entre ambos países correspondió la burguesía uruguaya y los
boliburgueses bolivarianos (por ejemplo en la importación de carne a
Venezuela y en el fraude de las casas prefabricadas [15]). Además,
parece que la FAU desconoce que ese apoyo a la creación de puestos
de trabajo industrial en el exterior se hace al mismo tiempo que la
industria venezolana vive una situación de crisis, donde aquellos
capitalistas enfrentados al gobierno van abandonando esa actividad
(en muchos casos cerrando fábricas y saliendo afuera), mientras que
la boyante boliburguesía -que engorda corrupción mediante en las
finanzas, los servicios y el comercio importador- prefiere ramos de
rentabilidad más pronta y que impliquen menos ajetreos para
enriquecerse.
También habría que recordar a la FAU lo acontecido en
Venezuela con la «recuperación de industrias que llevarían
adelante obreros», un resonante fracaso de la burocracia a cargo
sobre el cual invitamos a ver lo descrito en la versión impresa de
EL LIBERTARIO, en los websites informativos venezolanos antes
mencionados, y en los apartados “El Cooperativismo bolivariano” y
“Las 'fábricas tomadas' venezolanas” del libro de Uzcátegui.
No
hay que ser especialista en relaciones internacionales para darse
cuenta que a semejantes Estados y gobiernos les aflige perder un
amigo tan conveniente a sus intereses de poder, así que eran de
imaginarse los alardes luctuosos que han desplegado; pero lo que si
resulta inesperado es que desde una federación anarquista se
presente eso como indicio a favor del interfecto.
En cuanto al «dolor
del pueblo» como signo del papel positivo de Chávez, recuérdense
las escenas en Corea del Norte a la muerte de Kim Il Sung, en la
vieja URSS con Stalin, en China con Mao, en Egipto con Nasser, en
Argentina con Eva y Juan Domingo Perón, por sólo mencionar a
algunos déspotas estatales cuyas exequias fueron caracterizadas por
la presencia y el llanto de multitudes. Es de suponer que para la FAU
serían válidos argumentos de admiración parecidos hacia estos u
otros gobernantes autoritarios, marxistas y/o populistas, que se las
arreglen para morir con las riendas del poder en sus manos y una
apoteosis fúnebre masiva y lacrimógena.
El
deferente y prolijo párrafo de apertura cierra aleccio nándonos en
cuanto a que el ahora nombrado Comandante Infinito: «…propuso y
perseveró en la construcción de nuevos organismos a nivel latino
americano fundamentado que con ello se lograría más independencia
que traería mejorías importantes para el nivel de vida del pueblo.»
Esto
sonaría muy convincente y aún enternecedor, de no recordar que la
esencia de esos «nuevos organismos» se manifiesta en la Iniciativa
IIRSA (Iniciativa para la Integración de la Infra estructura
Regional de Sur América) y el Plan Mesoamérica (antes Plan Puebla-
Panamá), dos convenios donde, con absoluto descaro, los gobiernos
adherentes –entre ellos el de la ‘revolución bolivariana’ - se
comprometen a hacer lo que de ellos se requiere para fortalecer el
modelo de capitalismo extractivista que las trans nacionales y los
poderes imperiales promueven en este continente [16].
Fundamentos
teóricos del anarco- estatismo
La
vocación del texto por levantar mitos no sólo se refiere al
protagonista, sino también a su escenario. De ese modo, más
adelante hay otro párrafo que también vale citar íntegramente:
«En
estos años, especialmente en los de abajo al mango de Venezuela, se
fueron desarrollando una gama de actividades populares. Esto fue
tomando formas organizativas: colectivos, consejos comunales, comunas
etc. Esto, en su conjunto fue denominado Poder Popular. La burocracia
partidaria fue creciendo en injerencia y cada vez más desplazando a
los auténticos representantes de estas formaciones populares.»
Esto
no es más que armar una fábula sobre el modo en que desde el poder
estatal se concibieron e impusieron los consejos comunales y otras
instancias de control social parecidas. Se pinta allí la imagen
mítica de cómo en Venezuela, a partir del ascenso de Chávez a la
presidencia, se fue forjando desde abajo un poder de los oprimidos,
que surgió autónomamente y de algún modo perdura a pesar del
ulterior intento burocrático por someterlo. Lo cierto es que hemos
padecido el montaje de un aparato creado y siempre regulado por el
Estado, para cuya imposición no se ha dudado en abatir o maltratar a
dignas y combativas organizaciones populares de previa existencia, y
donde lo de ‘Poder Popular’ es básicamente un nombre que se ha
calcado de la estructura gubernamental cubana. Sobre los detalles de
este proceso de construcción desde arriba y control burocrático a
los supuestos órganos de poder popular, ver lo publicado en diversos
números de EL LIBERTARIO, en el libro de Uzcátegui y en los
trabajos de investigación de María del Pilar García disponibles en
la sección textos de nuestra web.
Si
la historieta del impulso que con la ‘revolución bolivariana’
habría experimentado la organización popular autónoma no fuese
suficiente, el documento recuerda con beneplácito la ocasión en que
el Amado Líder citó públicamente a Kropotkin, lo cual
aparentemente acreditaría la afinidad o simpatía presidencial hacia
algunas concepciones anarquistas. Con ese pretexto, se quiere ignorar
que en la práctica concreta y cotidiana de su gobierno hubo
infinidad de hechos evidenciando que Chávez era el principal
responsable y agente de los rasgos burocráticos, centralizadores y
autoritario- militaristas de un régimen que ha sido del todo opuesto
a las aspiraciones del socialismo libertario. Ejemplo de ello es cómo
se ha tratado a las organizaciones sindicales total o parcialmente
independientes del control oficial, para cuyo acoso e intentos de
anulación siempre hubo el aval y la inspiración del Comandante, de
acuerdo a evidencia como la recopilada en el dossier “Trabajo y
Sindicalismo en Venezuela”, disponible también en la sección
textos de nuestra web. Ese hostigamiento permanente contra
sindicalistas y otros activistas autónomos hizo posible el clima en
el cual han ocurrido asesinatos de luchadores sociales como Richard
Gallardo, Luis Hernández, Carlos Requena, Argenis Vásquez, Jerry
Díaz, Joe Castillo, Mijail Martínez y Sabino Romero, por solo citar
los casos de más impacto; crímenes ante los cuales la ambigua
respuesta del gobierno chavista y su incapacidad para dar con los
responsables se parecen demasiado a la tolerancia o complicidad.
En
cuanto a citar personajes para dar legitimidad a alguna posición,
recuérdese el oportunismo reiterado del Comandante- Presidente en
cuanto a referencias teóricas, declarándose marxista, cristiano,
bolivariano, maoísta, indigenista, trotskista, gramsciano,
castrista, peronista, guevarista, etc., en un descomunal enredo
ideológico que hace del todo incoherente a su socialismo del siglo
XXI, creación atribuida al personaje a la que antes la FAU había
calificado con diplomacia de «idea original» sobre la cual:
«Todavía se discute que contenido tiene tal concepto.» Por lo
demás, frente a esa referencia positiva a Kropotkin, igual podrían
traerse al tapete las repetidas exhortaciones de Chávez o sus pajes
doctrinarios contra el anarquismo, sus principios y prácticas
básicas. Sobre esto, remitiremos a tres artículos de EL LIBERTARIO:
“Un cierto panfleto bolivariano”, en # 29, del año 2002; “El
socialismo chavista”, # 42, 2005; y “Chávez y el anarquismo”,
# 53, 2008.
¿Por
qué obstinarse con piedras, tropiezos y mitos autoritarios?
La
sección final del texto de la FAU, subtitulada «Una ideología para
el Poder Popular», expone un sumario de concepciones básicas del
actual plataformismo /especifismo en América Latina, que a primera
vista luce desconectado con el título y aparente objetivo básico
que el documento asoma en su inicio. Dado que lo central de esta
réplica a la FAU es discutir su visión sobre Hugo Chávez y
Venezuela, no nos ocuparemos acá del análisis crítico que merecen
esas concepciones, evaluación que por lo demás ya ha sido bien
desarrollada -en términos que en sus puntos comunes compartimos- por
Patrick Rossineri en “Entre la Plataforma y el Partido: las
tendencias autoritarias y el anarquismo” [17] y en “La aceptación
del concepto de Poder como negación del anarquismo” [18], por
Daniel Barret en su libro _Los sediciosos despertares de la
anarquía_[19] y en “El movimiento anarquista uruguayo en los
tiempos de cólera”, por Gustavo Rodríguez en “Los 'extravíos'
teórico- ideológicos del pensamiento ácrata contemporáneo ”, y
por Rafael Uzcátegui en “Grupos libertarios y poder popular:
Dinamitando el anarquismo desde dentro”[20].
Pero
si esa sección final está allí debe ser por algo, y considerando
lo que hemos comentado, estimamos que para los redactores era
necesario dejar constancia de esa profesión de fe en sus propuestas
teóricas como acompañamiento a la previa descripción de lo mucho
de positivo que cabe extraer de la experiencia de Hugo Chávez y su
‘revolución bolivariana’, pues de esa clase de mixturas entre el
anarquismo, por supuesto en el canon plataformista /especifista, y
otras «experiencias de lucha» -como la inspirada por el Comandante-
vendrá en nuestro continente la «ideología de ruptura» que, por
supuesto, no podrá ser otra que «Una ideología para el Poder
Popular».
Entonces,
es muy probable que ese empeño en convencerse, y convencernos,
respecto a que lo ocurrido en Venezuela de 1999 a 2013, bajo la
ilustre guía del susodicho, ha sido una experiencia de lucha
positiva que ha enriquecido la cantera ideológica del continente,
tiene que ver más con la aspiración de hacer a la realidad calzar
la horma de esquemas previos que con la realidad misma, pues si no se
demuestra que bodrios autoritario - burocráticos como el chavismo
ahora -y el castrismo antaño- son parte necesaria del rumbo a la
revolución social, ¿de qué modo se justificaría el curso político
cuasi frente populista de la FAU y sus homólogos en estas tierras?
Por
ello, ese empeño en negarse a reconocer los múltiples hechos que
desmontan las pretensiones por presentar al chavismo como
revolucionario, socialista, anti imperialista, y tolerante o aún
afín con el anarquismo.
Tal obstinación de rechazar lo evidente no
es exclusiva de la FAU, siendo compartida por grupos análogos, que
siste máticamente callan o se ciegan ante cualquier visión crítica
sobre la actual situación venezolana proveniente del anarquismo y
otras voces de izquierda radical (sin olvidar que tampoco suelen
opinar nada que cuestione al ‘hermano gobierno’ de los Castro),
siendo un buen ejemplo de esa actitud la elocuente ausencia de
documentos con esas visiones críticas en las páginas web
plataformistas /especifistas de América Latina, al tiempo que dan
cabida y promocionan a curiosos ‘anarcos’ cuyo mensaje se centra
en hacer propaganda a presuntos éxitos alcanzados o por venir a la
sombra del Estado venezolano, en profetizar las plagas que lloverían
sobre el país si faltase el gobierno chavista, y en calumniar al
anarquismo que no recibe subvenciones y/o consignas oficiales.
Si
la FAU y similares son consecuentes en seguir sosteniendo esa
valoración positiva hacia el "Comandante Eterno" y su
legado plasmada en el documento comentado, lo menos que cabe esperar
es que desmientan la certeza de los hechos y procesos que hemos
presentado como argumentos para refutar la pretendida condición
progresista de ese caudillo y su gobierno, ya que bajo su tutela no
ha ocurrido nada en esencia diferente a lo que padecen los de abajo
con cualquier otro de los actuales Estados latino americanos . De
hecho, un gobernante como él ha sido más que apropiado para los
intereses del poder transnacional en este continente hoy, pues se
ajustó del todo al modelo de capitalismo extractivista y
globalización económica. Cerrar los ojos ante la evidencia
demostrativa de cómo esta o cualquier ‘revolución’ autoritaria
termina siendo sustitución de una opresión por otra –generalmente
peor-, volviendo a embelesarse con promesas grandi locuentes y
palabras inflamadas, es repetir torpemente la experiencia
catastrófica de la década de 1960.
***
Ver
las Notas en el blog del periódico.
Mira
també:
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