“Llibertat per a totes i per a totes o llibertat per a
ningú”.
“Els muntatges es repeteixen, amb diferents
protagonistes, des de sempre, ja sigui per a criminalitzar un moviment, per a
justificar noves lleis de “seguretat” o simplement per a mantenir rentable l’entramat
empresarial/presons”.
“Crec que ha arribat el moment de traçar una línea que
connecti tots els muntatges que realitza l’Estat i en donar-se, qui encara no ho
hagi fet, que realment l’Estat (sigui espanyol, català o el que vostès vulguin)
és responsable en la seva totalitat dels empresonaments, tortures i humiliacions
que pateixen cada dia un número impressionant de persones”.
“L’Operació Pandora, Alfon, Mónica y Francisco, el 4F,
el 9F, Núria, el caso de Torà, migrants als CIEs i així es podria seguir
indefinidament, ja que no es tracta de casos aïllats, doncs correspon al
comportament d’un sistema criminal, i demanar-li explicacions a aquest mateix
sistema es entrar en un joc que tenim perdut abans de començar”.
“Les respostes les trobem al carrer, en l’organització
entre persones afins, en el rebuig pràctic i diari a les seves estructures de
poder i maltracta, i no pas als platós de televisió, palau de justícia o periòdics de l’Estat”.
[Indymedia Barcelona 26/01/2015]
Juan Pintos
Ante todo el revuelo mediático producido por el pase
de “Ciutat Morta” en la televisión pública catalana, y como
encausado/encarcelado/condenado por el montaje policial del 4F, creo necesario
dar a conocer mi opinión respecto a la reapertura del caso, la búsqueda de
responsables y/o culpables y la relación con los medios de comunicación.
Mi interés en
dejar clara mi postura se debe sobre todo a lo sucedido estos últimos días, con
declaraciones en los medios de comunicación (masivos o alternativos) sobre la
existencia de un “verdadero culpable” o sobre la búsqueda de responsables
políticos/judiciales/policiales concretos, con nombre y apellido. Declaraciones
que no comparto en absoluto y que muchas veces, por falta de rigor o por
manipulación, se dieron a conocer como la postura de “lxs condenadxs por el
4F”.
Creo que el 4F, lamentablemente, no es la excepción en
la normalidad policial/judicial, sino una muestra del funcionamiento habitual
de las instituciones. Los montajes se repiten, con distintxs protagonistas,
todo el tiempo, ya sea para criminalizar un movimiento, para justificar nuevas
leyes de “seguridad” o simplemente para mantener rentable el entramado empresarial/carcelario.
Y en esta realidad, buscar a lxs supuestxs responsables del 4F es pedirle al
sistema, que por definición es injusto y violento, que se señale a sí mismo,
algo que sinceramente no creo que suceda. O peor, es darle a las instituciones
la oportunidad de “depurar” responsabilidades, de apartar “manzanas podridas”
que alteran el funcionamiento correcto e imparcial de la policía, la justicia y
la política. Hacer algo así es erigir, una vez más, al estado como garante y
guardián de “lo justo” y “lo verdadero”, cuando en realidad es el estado mismo
que funciona y se mantiene gracias a las torturas, los encarcelamientos y la
violencia de sus cuerpos armados.
¿Qué se puede lograr destituyendo a un cargo político?
¿Qué se puede lograr con dos policías encarcelados? ¿Qué se puede lograr
apartando a una jueza de su cargo? Sinceramente creo que nada más que una
escasa satisfacción personal que me es ajena.
Alguien ocupará ese cargo y continuará asegurando el
idéntico funcionamiento de la institución, otros policías patrullarán las
calles, otros jueces dictarán penas de cárcel.
No quiero, ni necesito, que el mismo sistema que nos
detuvo, torturó, juzgó y condenó se legitime ahora como garante de la verdad y
la justicia. Creo que personalizar la responsabilidad del montaje que nos
encarceló es una manera de negar la realidad del sistema en el que vivimos,
donde las detenciones arbitrarias, las palizas y los juicios condenatorios son
la norma y no la excepción.
No quiero, ni necesito, ver a más personas en la
cárcel.
No quiero cambiar la oportunidad de un cuestionamiento
radical, quizás menos comercial pero infinitamente más útil, por más minutos en
el aire de sus mass media, por más líneas en sus periódicos, por más promesas
de “investigación”.
Creo que es momento de trazar una línea que conecte
todos los montajes que realiza el Estado y darse cuenta, quien todavía no lo
haya hecho, que la realidad es que el Estado (ya sea español, catalán o el que
ustedes elijan) es responsable en su totalidad de los encarcelamientos,
torturas y humillaciones que sufren todos los días un número impresionante de
personas. La Operación Pandora, Alfon, Mónica y Francisco, el 4F, el 9F, Núria,
el caso de Torà, migrantes en los CIEs y así podría seguirse indefinidamente,
no son casos aislados; éste es el comportamiento de un sistema criminal, y
pedirle explicaciones a ese mismo sistema es entrar en un juego que está
perdido de antemano.
Las respuestas están en la calle, en la organización
entre afines, en el rechazo práctico y diario a sus estructuras de poder y
maltrato, y no en platós de televisión, palacios judiciales ni voceros del Estado.
Mientras el 4F o cualquier otro caso sea vivido y
mostrado como una anécdota, como victimización de tal o cual persona, es
imposible cuestionar la totalidad del problema, y así sólo llegarán
“soluciones” parciales, falsas desde su origen y que continuarán fortaleciendo
al estado en su rol de mediador, protector y guardián de la ciudadanía. Creo
que la única forma de que estas situaciones no se repitan es dejar de lado los
egos, la victimización y la necesidad de una venganza personalizada con nombre
y apellido.
Entiendo, y no soy quien para cuestionarlo, que exista
una diversidad de posturas respecto a la situación del 4F, pero creo que es
necesario dejar bien claro que no me representa en lo mas mínimo el camino que
se ha recorrido este último tiempo, como mínimo desde la emisión de “Ciutat
Morta” en tv3.
Creo que tener el conocimiento de la podredumbre total
y absoluta de las instituciones debe ser una herramienta para que los
cuestionamientos se vuelvan globales, es decir que tener la certeza de que las
instituciones funcionan así debe ser el principio de los planteamientos
radicales que buscan un cambio completo en la forma de relacionarse, y no una
excusa para justificar la inacción o la pasividad.
Mi postura, cruda y crítica hacia el sistema en
general, no es un llamado a la resignación sino a una radicalización de las
prácticas diarias que existen por fuera de sus estructuras, a un crecimiento de
los espacios fuera del control estatal, y creo que en ese camino es necesario
aprovechar cada grieta en el funcionamiento del sistema para profundizarlas,
hasta que la situación se les haga insostenible.
Dicho esto, sólo me queda pedir vuestra solidaridad
activa con todxs lxs que están sufriendo, ahora mismo, aislamiento, maltrato y
cárcel por sostener y defender sus ideas.
Libertad para todxs o libertad para nadie.
Salud
Juan Pintos
Detenido/encarcelado/condenado por el
montaje del 4F.
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