dimarts, 1 de setembre del 2015

El company Miquel D.Piñero s’afegeix a la querella argentina contra els crims del franquisme

El 16 de febrer de 1977 ja havia denunciat davant el Jutjat núm. 2 de Barcelona les tortures policials, com ara ‘la manta’ i ‘la barra’, que va patir durant dies a la Prefectura de Via Laietana durant l’estat d’excepció del govern de Suárez i Martín Villa.





TRAMUNTANA VERMELLA MAIL 01/09/2015 
L’Escala (Alt Empordà).- 

Martín villa, Samaranch i companyia
El 16 de febrer de 1977, durant els inicis de la Segona Restauració Borbònica, el company del grup Tramuntana (*)  Miquel D. Piñero va presentar una denúncia per tortures policials al jutjat de guàrdia de Barcelona, el Jutjat núm. 2, --la qual va ser ampliada dies després a l’Audiència de Girona-- quan declarava amb altres companys sobre les diligències policials del Quart Grup de la Segona Brigada política social de la Prefectura Superior de Policia de Barcelona contra la Conferència Peninsular de la Federació Anarquista Ibèrica/Internacional de Federacions Anarquistes (FAI-IFA) que el matí del 30 de gener de 1977 es desenvolupava en un menjador de la bodega bar LA FUENTE, a Barcelona, fins que va ser assaltada violentament per un nombrós desplegament policial, armat amb metralletes, fusells i pistoles per ordre del ministre d’Interior del govern Suárez, el ministre Martín Villa, que volia impedir l’orientació comunista llibertària de la CNT-AIT, organització de classe que l’Estat capitalista espanyol volia reduir a una simple estructura sindical de gestió i integració del Capital i un fre al PSUC/PCE en el decurs de la denominada ‘guerra freda’ entre blocs imperialistes --l’occidental i la URSS--.
El dijous 24 de febrer de 1977, quan encara el company Piñero tenia problemes per caminar,a causa de les tortures patides a la Prefectura Superior de Policia de Barcelona, a Via Laietana, va fer una roda de premsa a la seu de l’Associació de Familiars i Presos Polítics de Barcelona, on va detallar les tortures i se’n va fer ressò la premsa, com ara el diari EL PAÍS (1) o la revista VINDICACIÓN FEMINISTA, entre altres publicacions. 
 
Ara, ens explica a TRAMUNTANA VERMELLA MAIL que des de finals de 2014 s’afegí amb el seu cas de febrer 1977 a la denominada querella argentina contra el crims del franquisme (2), emparat en la legislació internacional de les Nacions Unides sobre Justícia Universal, en el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal núm. 1, de Buenos Aires, a la República Argentina, a càrrec de la jutgessa María Servini de Cubría, la Querella 4591/2010, nominada “N.N. per genocidi i/o crims de lesa humanitat comesos a España per la dictadura franquista entre el 17 de juliol de 1936, començament del cop cívic militar, i el 15 de juny de 1977, dada de celebració de les primeres eleccions democràtiques”.  

(1) “Denuncia por supuestos malos tratos a un militante de la CNT.
EL PAÍS. Enric Canals. Barcelona VIERNES 25 FEB 1977.
Miguel Diego Piñero Costa, militante de la CNT que fue detenido el pasado 30 de enero en un bar de Barcelona, junto a otros 46 miembros de la citada organización, ha presentado una denuncia, por supuestos malos tratos recibidos durante su detención, ante el juzgado de instrucción número dos de Barcelona. El señor Piñero Costa fue puesto en libertad por el juez el pasado 16 de febrero, trasladándose seguidamente al Hospital Clínico de Barcelona donde fue examinado por el médico de urgencia que dictaminó: «Contusiones de evolución de varios días con localizaciones en región dorso-lumbar, dorso, pies y manos, contusión y erosión en codo derecho, erosión con equimosis lineal en muñeca derecha. Se califica de pronóstico menos grave.» Esta información fue facilitada en el transcurso de una rueda de prensa convocada por la Asociación de Familiares y Amigos de Presos Políticos […]”.  

(2) “Denuncia  personal de Miquel-Dídac Piñero Costa, Documento Nacional de Identidad  […], como ciudadano español, con domicilio en L’Escala y nacido en esta misma localidad el 17 de noviembre de 1950, provincia de Girona (España) […] sobre los 18 días que pasó en la sede de la Jefatura Superior de Policía de Barcelona (30 de enero a 16 de febrero de 1977) y en los cuales sufrí vejaciones, malos tratos y torturas. 
  
Todo empezó a media mañana del domingo 30 de enero de 1977 en el restaurante de la bodega bar ‘La Fuente’, de Barcelona (España), calle Rosselló núm. 530, cuando el Cuarto Grupo de la Segunda Brigada Regional de Investigación de la Jefatura Superior de Policía de Barcelona, penetró metralleta en mano i colt, acompañada de un numeroso despliegue de refuerzo a cargo de agentes de la Policía Armada de entones, con furgones para presos, deteniendo a 46 personas, la mayoría de nacionalidad española, entre las cuales había un ciudadano portugués, dos ciudadanos italianos y una ciudadana francesa.  Una vez detenido, fui esposado junto al ciudadano italiano y destacado resistente antifascista en Francia e Italia durante la Segunda Guerra Mundial Umberto Marzocchi, de 76 años.  Seguidamente fuimos conducidos en furgones policiales a la sede de la Jefatura Superior de Policía de Barcelona y, personalmente, aislado i encerrado en una pequeña mazmorra en el sótano de dicho edificio, situado en la Vía Laïetana de Barcelona.

En una nota informativa de la Jefatura Superior de Policía de Barcelona del 30 de enero de 1977, titulada ‘Detención de 46 individuos que asistían a una reunión de la “Conferencia Peninsular de la Federación Anarquista Ibérica”’, se relata los seguimientos, las detenciones en la referida bodega bar, con la mención de “se irrumpió en la bodega”, y textualmente que todo correspondía a “llevar a feliz término el servicio policial”.   

“La sauna” o “La manta”
En primer lugar doy testimonio personal de la tortura llamada “la sauna” o “la manta” en argot policial español de 1977, que había sido muy practicada per la Gestapo alemana durante la Segunda Guerra Mundial para obtener violentamente información y  así poder abrir diligencies previas auto-inculpatorias, cosa que puede provocar asfixia cerebral, a causa de un colapso pulmonar i falta de riego de sangre en el cerebro. Yo estaba esposado en una silla metálica cuando un grupo de agentes de la Segunda Brigada Regional de Información lanzó café sobe mi rostro y me cubrió con tres mantas, mientras, por encima de estas mantas, me sostenía un agente la garganta con sus pies y sentía sobre mi cabeza los golpes de gruesos listines telefónicos de la provincia de Barcelona, quedando totalmente sudado, sin aliento, con la boca completamente seca y sometido a un cosa que sufrir al cabo de unos días de estar encerrado en esta jefatura, a primeros de febrero de 1977, durante una noche.

A más de la tortura de “la barra”, en el argot policial español, o “palo de loro” en América, en la Jefatura Superior de Policía de Barcelona, en el edificio que aún existe en la Vía Laïetana, en manos del entonces denominado Cuarto Grupo de la Segunda Brigada de Investigación de esta jefatura durante los 18 días que estuve detenido en febrero de 1977 durante el último estado de excepción decretado por 3 meses a finales de enero de aquel año y que por tratarse de una reunión en una bodega bar para hacer las oportunas gestiones para legalizar una asociación política histórica española no tuve ni remota idea de que las personas reunidas seríamos detenidas aquel domingo 30 de enero de 1977, con la aplicación de aquel estado de excepción,  cuando aún no se habían legalizado partidos ni sindicatos, no había libertades democráticas ni el proceso constitucional fruto de las posteriores elecciones legislativas, al no tratarse de ninguna organización subversiva o conspirativa la asociación que se había de decidir en asamblea nacional su legalización cuando fuera posible, cosa que se hizo posteriormente,  aunque personalmente ya no estaba afiliado. 
 
En la edición del semanario ‘Cuadernos para el Diálogo’, del 17 de septiembre de 1977 (núm. 229, páginas 22 i 23), en un dossier  titulado ‘La tortura en España: Informe’, se expone que “Miguel Diego Piñero Costa afirma que des de su detención el 30 de enero [de 1977] hasta su traslado al Palacio de Justicia el 16 de febrero fue sometido a malos tratos, tanto físicos como morales, en repetidas ocasiones [...] malos tratos -ha escrito el propio Piñero en la revista ‘Pax’, órgano de los no violentos- durante los interrogatorios que culminaron en torturas que me han agotado moralmente y dejado todo tipo de dolencias en mi cuerpo”. I sigue con mi  relato de febrero de 1977, en el caso de la tortura llamada “la sauna”, “… fue sometido a ‘la sauna’, que consiste en una lenta asfixia que hace sudar todo el cuerpo mientras se reciben golpes, por estar cubierto por tres mantas, bien apretadas, que sentado y con la cabeza inclinada y sostenida con los dos pies de un funcionario producen asfixia y angustia…”. 
  
Durante mi traslado de los despachos de jefatura a la celda donde estaba encerrado y aislado, en los sótanos de la jefatura, conseguí unas aspirinas de un practicante sanitario ante mi estado físico para hacer reaccionar mi cuerpo después de haber sufrido “la sauna”. 
 
Declaro que estas torturas tenían un significado netamente político, concretamente por mi colaboración en el semanario ‘ESPOIR’, de Toulouse (Francia), que dirigía la periodista Federica Montseny Mañé, que había sido ministra de Sanidad del gobierno republicano de Largo Caballero entre 1936 y 1937. A lo largo de los interrogatorios y torturas repetidamente los agentes hacían mención a conspiraciones subversivas dirigidas por esta antigua ministra exilada de la República española y querían que yo personalmente declarara  contra su persona sobre cuestiones que la criminalizaran, una forma de impedir que pudiera volver del exilio y liderar grandes discursos de masas, como oradora que era y así sucedió a partir de junio de 1977.    

“La barra” o “El palo de loro” 
Tortura 'la barra' que va patir Piñero
En segundo lugar describo mi tormento, durante una noche posterior a la tortura de ‘la sauna’, concretamente la noche del 12 al 13 de febrero de 1977, en la denominada ‘barra’ (‘palo de loro’), que duró largo tiempo hasta mi desmayo.  En una sala de un piso superior de dicha jefatura, concretamente en una sala especialmente dedicada al Movimiento Libertario Español del Interior y del Exilio, con un organigrama organizativo colgado en un muro de la sala, con referencias a comités de la CNT, la FAI i la FIJL, a más de archivos metálicos con documentación abundante y personalizada de la militancia histórica y de aquel momento, fui esposado, previo vendaje de mis dos muñecas, con trozos de tela blanca de pancartas que reciclaban, para intentar no dejar marcas físicas, aunque sufrí daños con señales en la muñeca derecha debido al largo tiempo que duró la tortura, fui obligado a la fuerza bruta a colocarme de cuclillas con las manos bajo mis rodillas. Una vez en tal posición, habiendo recibido en mi cuerpo previamente una serie de golpes y patadas, dos agentes del  Cuarto Grupo de la Segunda Brigada antes mencionada, uno de ellos se hacía llamar ‘El Asturiano’, me introdujeron entre los brazos y las piernas, bajo codos y bajo rodillas, una barra metálica de grandes dimensiones de largo, con una curvatura en el centro, fui colgado por espacio de unas tres horas con la cabeza para abajo entre dos altas mesas metálicas que me impedían poder tocar el suelo con la cabeza. Durante este tiempo me balanceaban, aumentado el dolor. Un grupo numerosos de agentes mes propinaban golpes por todo el cuerpo y algunos me levantaban la cabeza, llegando a arrancar con furor mechones cabellos de mi cabeza. Fui amordazado en la boca previamente, también con tela de una pancarta, que tenía impregnada pintura negra de espray, pintura que se mezclaba en mi boca con la saliva, cosa que aumentaba mi angustia, pero no podía chillar y solamente respiraba por la nariz. Me ahogaba. Me mareaba. Deseaba morir a causa del dolor que sufría. Perdía vista. Sentía hinchazón general en las extremidades del cuerpo, en manos y pies. También era castigado, ya que me sacaron los zapatos, con latigazos por parte de un agente de unos cincuenta años de edad, moreno y con bigote, en los pies con una fusta de montar caballos. Un agente, al cual los demás le llamaban ‘el doctor’, de vez en cuando me tomaba el pulso. Finalmente, perdí el conocimiento. Desmontado el martirio, un agente, natural de Badajoz, se hizo cargo de mí y me acompañó a cuestas al cuarto de baño, ya que yo no podía sostenerme en pie ni podía andar, mientras yo mismo podía ver mis manos hinchadas y de color morado a causa de la mala circulación sanguínea. En algunos dedos tenía sangre que salía por los poros.

Cuando varios agentes intentaron introducirme en el sótano de jefatura, el oficial responsable de las pequeñas celdas de aislamiento, miembro de la Policía Armada, se enfrentó a los agentes de la Segunda Brigada y les obligó a subirme a la sala de torturas, ya que mi estado era tal que este oficial no quiso hacerse responsable en caso de fallecimiento a causa de la dura tortura de aquella noche. Seguidamente, los agentes colocaron un colchón al lado de un radiador de calefacción al cual fui esposado.

En la mañana del 13 de febrero fui trasladado a un despacho en que pasé esposado a una silla metálica tres días, donde mandaba ‘El Asturiano’ y ante el cual presté declaración antes del 16  de febrero de 1977, en que fui traslado, al atardecer, junto a otros compañeros al Palacio de Justicia de Barcelona. La madrugada del 16 de febrero la pasé en los calabozos del sótano de jefatura, a la espera de fuera fichado (fotografías y huellas digitares). En el Palacio de Justicia me esperaba el abogado Mateu Seguí. 
 
Fui ingresado en el servicio de urgencias del Hospital Clínico de Barcelona, que certificó mis heridas provocadas por estas torturas una vez el juzgado de guardia en el Palacio de Justicia, después de denunciar las tortures y que el médico forense certificara que tenía lesiones físicas, me dejó en libertad sin ningún tipo de cago ni abrir diligencias judiciales en el entonces Tribunal de Orden Público (TOP), a pesar que había firmado una declaración en jefatura en que reconocía mi militancia en el grupo de afinidad Tramuntana. Estas torturas y malos tratos los denuncié posteriormente en un juzgado de  la Audiencia de Girona, pero nunca más tuve noticia de esta. 
 
El certificado médico del Servicio de Urgencias del Hospital Clínico y Provincial de Barcelona, expedido el 17 de febrero  de 1977, relativo a mi persona, afirma que yo tenía “contusiones de evolución de varios días con localización en región dorsolumbar, ambas masas gemelares, dorso pies y manos, contusión y erosión en codo derecho, erosión con equimosis lineal en muñeca derecha. Se califica de pronóstico menos grave”. 
 
Tengo que añadir que la reunión en que fui detenido era democrática y pacífica. Como ejemplo de ello se da el caso que una de las personas detenidas, Francisco de Paula Soler Amigó, “está cumpliendo el Servicio Militar en el C.I.R. 1, 11 Compañía, del 3 Batallón, en Colmar Viejo (Madrid)”, según consta en la propia Nota Informativa de la Jefatura Superior de Policía de Barcelona, cosa que, a mi entender, muestra el hecho que un joven en servicio militar de ninguna manera hubiera acudido a una reunión subversiva o conspirativa. 
      
En el Informe de Amnistía Internacional de 1977 se hace constar que a pesar de la muerte del general Franco  en España, la tortura era entonces todavía sistemática y extendida, según una de las conclusiones del informe oficial de esta entidad internacional que había elaborado con los datos conseguidos por una comisión investigadora que visitó  España en 1977. En el mencionado informe se constataba que en España se vulneraban con estas prácticas los derechos humanos. Con ello, el Estado español, ya que la tortura tenía lugar también en las cárceles, pero la mayoría de los malos tratos se verificaban en las comisarías, en donde se mantiene a los arrestados durante días sin ser presentados al juez."

(*) Floreal Radresa Isgleas (Perpinyà, 1946-Palafrugell, 1997), pintor, antiquari i agitador cultural, era membre del grup d'afinitat TRAMUNTANA. A partir de la seva mort, l'any 1997, aquest grup d'afinitat anarquista comunista  es diu TRAMUNTANA FLOREAL, en el seu record".

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