Jordi Pujol Soley i el seu fill Jordi Pujol Ferrusola |
Els negocis d'Oleguer Pujol amb Mercadona.
Drago va comprar locals que lloga a la companyia de distribució de Joan Roig.
TRAMUNTANA VERMELLA MAIL 19/09/2014
Queralbs (Ripollès).-
El cognom Pujol intimida menys que mai, per la qual cosa no cessen d'aparèixer informacions procedents de l'àmbit empresarial que destapen el tarannà de la família de l'expresident de la Generalitat.
A banda del degoteig de col·laboracions d'empresaris i directius amb la Justícia, proliferen retrats gens afavoridors.
Fa ostentació de patriotisme catalanista i campió de la independència nacional
Aquest divendres, Vozpópuli publica un, coral, que afecta molt especialment Jordi Pujol Ferrusola, i el president de la Generalitat de Catalunya Artur Mas. Empresaris que van mantenir tractes comercials amb Jordi Pujol Ferrusola recorden la seva "altivesa, supèrbia i xuleria" a l'hora de fer negocis dins i fora de Catalunya. Aquells que van gestionar determinades operacions vinculades al júnior als Estats Units d’Amèrica i Mèxic, en concret, van tenir la impressió que concebia Catalunya com la seva finca i que es pensaven que tenia dret a tot pel fet de ser un membre del clan Pujol. Tampoc han oblidat les filípiques sobre patriotisme catalanista d'un Jordi Pujol Ferrusola. a qui consideraven, de llarg, el més independentista i llest del seu clan, com un Simón Bolívar de Catalunya.
Considera Artur Mas el masover dels Pujol
Amb relació a Artur Mas, un d'aquests empresaris indica que és considerat un criat a can Pujol, una mena de titella de la qual haurien prescindit políticament si el cas ITV no li hagués barrat el pas a Oriol Pujol. És a dir, que pel Pujol el president Artur Mas no passa de ser el seu Manelic de ‘Terra baixa’ d’Àngel Guimerà. Artur Mas, segons la mateixa informació procedent de la burgesia nacional catalana, es presenta com un màrtir d'una causa que se li escapa de les mans. Per això va dir ahir a en Cuní que “no tenia por”. Artur Mas va escenificar a 8TV que volia ser una mena de Lluís Companys el 8 d’octubre del 34, després de la seva detenció el dia 7 per la proclamació del Sis d’Octubre. Menys mal que no va intentar disfressar-se de Salvador Seguí, mort a trets de la patronal catalana, una vegada el 4 d’octubre de 1919 va defensar a l’Ateneu de Madrid la independència catalana de la mà del proletariat de militància anarcosindicalista i comunista llibertària (*). Aleshores, la Lliga Regionalista volia una Catalunya espanyola militaritzada abans d’una Catalunya independent proletària.
Els negocis d'Oleguer Pujol amb Mercadona
Drago Capital, una de les empreses d’Oleguer Pujol Ferrusola que va comprar locals del Banco Santander ara els lloga a la companyia de distribució de Joan Roig, Mercadona.
Com responsable de las inversions de la trama en la península Ibérica, Oleguer Pujol s’ha associat amb destacades dinasties empresarials, como els espanyolistes Roig, de Mercadona, els Ansorena o els Entrecanales, amb qui apareix compartint societats empresarials i “causes benèfiques”. En les antípodes del seu germà gran, Jordi Pujol Ferrusola, Oleguer té un perfil empresarial més baix, cosa que fa que la seva personalitat i el paper que juga en el clan Pujol hagi pogut passat, en los últims anys, molt inadvertits, a pesar de que tingui un rol central en el puzzle de la fortuna del clan Pujol.
Oleguer Pujol Ferrusola figura, fins l’any passat -quan el seu nom va començar a sortir en els mitjans de comunicació-, en tres societats de l’òrbita del grup Mercadona. Step Negocios SL, inscrita a València i domiciliada en la seu de Drago Capital, a Madrid. Oleguer Pujol constava com representant i Atitlán Solar Capital -una de les societats de Joan Roig-, com administrador solidari. Segons el registre mercantil, se dedica a la comercialització de màquines expendedores i a la compraventa d’aliments, begudes y tabac. New Positively 21, inscrita a Madrid però amb domicili a la plaça de l’Ajuntament de València. Oleguer Pujol era el administrador mancomunat i al presentar llur dimissió va entrar Atitlán Solar Capital. Incola Ciudad, inscrita a València i amb la mateixa direcció postal que l’empresa anterior. Se dedica, oficialment, a "la fabricació, importació, compraventa, distribució e intermediació de productes sanitaris, higiènics, de neteja, de bellesa, de perruqueria, d’estètica, de la llar i de regal". Al dimitir Oleguer Pujol, també va assumir la gestió Atitlán Solar Capital.
El grup Drago ha participat en la compra de propietats immobiliàries que després Mercadona explota en règim de lloguer
L’estructura madrilenya muntada per Oleguer Pujol i el seu soci Luis Iglesias participa en més societats del grup Mercadona, si bé aquest membre del clan Pujol no hi apareix formalment. Segons la publicació EL TRIANGLE, el grup Drago ha participat en la compra de propietats immobiliàries que després Mercadona explota en règim de lloguer pels seus supermercats.
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(*) Discurs de Salvador Seguí
CONFERÈNCIA PRONUNCIADA A MADRID EL 4 D’OCTUBRE DE 1919.
TOMADA TAQUIGRÁFICAMENTE
Ciudadanos, compañeros y amigos. Antes de todo cumple en mí, tengo la misión de saludaros en nombre de todos los trabajadores de Cataluña, a los cuales, juntos con todos los demás compañeros, representamos en este acto.
Después, debo deciros también que yo espero que seáis benévolos, al menos conmigo. Yo no soy un profesional de la Tribuna, y, aparte de esto, catalán de nacimiento. Todas aquellas dificultades de expresión durante mi breve peroración, espero que vuestra benevolencia, a la que me remito, como he dicho antes, me las sabrá perdonar.
Como os decía nuestro compañero Pestaña, nuestra situación, la situación actual de la organización obrera de Cataluña, es hoy más fuerte, mas capacitada, más tenaz que lo era antes.
Esto nos ha venido a crear una responsabilidad, que es, precisamente, la que justifica el que tengamos necesidad de ir por todas partes, por todos los rincones de España, a decir a nuestros compañeros todo lo que hacemos en Cataluña y lo que pretendemos realizar. De poco nos serviría que esta fuerza inmensa, que se sostiene por su tenacidad y la convicción del proletariado catalán, quedara encerrada en los muros de lo que se dice o se llama Cataluña solamente, por eso tenemos necesidad de ponernos en comunicación con todos los obreros españoles y tenemos necesidad de ponernos en contacto con todos los de fuera de España. Ahora vamos a decir ante vosotros, como lo haremos mañana ante los demás trabajadores, lo que pensamos y lo que queremos realizar.
Se habla, con demasiada frecuencia por cierto, de los problemas de Cataluña. ¿Qué problemas de Cataluña? En Cataluña no hay ningún problema, el único problema que pudiera haber planteado en Cataluña está planteado por nosotros, pero el problema que está planteado por nosotros no es un problema de Cataluña, es un problema universal.
Cuando han venido aquí las representaciones organizadas de la burguesía catalana a hablar de problemas de Cataluña, no han hecho más que desviar la opinión y decir cosas que no se ajustaban a la realidad de los hechos.
En Cataluña -hay necesidad de decirlo así- existe otro problema que es el nuestro, y éste he dicho ya anteriormente, que no es un problema de Cataluña, que es de España y es universal. En Cataluña no hay problema porque allí solamente siente ese problema la burguesía organizada, que está bajo los auspicios de la Liga Regionalista.
Allí no hay problema catalán, porque de haberlo, a estas horas Cambó no hubiera sido ministro ni sería tampoco ministrable.
En Cataluña no hay otro problema palpitante que un problema perfecta mente humano, el cual personificamos nosotros, nosotros somos el portaestandarte de esta expresión humana de este problema humano.
Los trabajadores de Cataluña no admiten un problema de independencia nacional.
La Liga regionalista ha pretendido, y en parte ha logrado, dar a entender a toda España que en Cataluña no había otro problema que el suyo; el regionalista. Esta es una falsedad; en Cataluña no existe otro problema que existe en todos los pueblos libres del mundo, en toda Europa, un problema de descentralización administrativa que todos los hombres liberales del mundo aceptamos, pero un problema de autonomía que esté lindante con la independencia, ese no existe en Cataluña, porque los trabajadores de allí no queremos, no sentimos ese problema, no solucionamos ese problema bajo esas condiciones. [Aplausos.]
Que se dé, no ya la autonomía, que ésta después de todo es aceptable, que se dé incluso la independencia a Cataluña, y ¿sabéis quiénes serían los primeros en no aceptar la independencia de Cataluña? Nosotros, no; de ninguna manera; nosotros nos entenderíamos muy bien y pronto con la burguesía catalana. ¿Sabéis, repito, quiénes serían los primeros en no aceptar la independencia de Cataluña? Los mercaderes de la Liga Regionalista, la misma burguesía catalana, que está dentro de la Liga Regionalista, sería la que no aceptaría de ninguna manera la independencia de Cataluña.
Por eso se plantea el problema falso, más que nada por la ineptitud, por la miopía mental de los políticos de España, que han dado una cierta importancia a un problema que realmente era nada más que una lucubración mental, una aspiración política de algo inconfesable de los líderes de la Liga.
Tenemos necesidad de decir esto, encajan perfectamente todas estas cosas que ahora encajan en el acto que estamos celebrando, porque nosotros hemos tocado las consecuencias de esta parcialidad primero, de esta falsa interpretación que del problema de Cataluña tienen todos los gobiernos.
¿Nosotros hemos ido a las cárceles; hemos ido a Montjuïc y hemos ido a los buques de guerra por actos delictivos cometidos por nosotros? No, repito. Se han suspendido las garantías constitucionales en Barcelona, más que nada, porque decían y alegaban las autoridades que existía ese problema y que ese problema podría acarrear graves consecuencias, cuando, realmente, este problema no está planteado de ninguna manera.
No existe el problema de Cataluña, volvemos a insistir sobre ello y no será la última vez que lo hagamos; no existe ese problema, porque la gran masa del proletariado de Cataluña, porque incluso la clase media de Cataluña, incluso las clases directoras, las altas clases sociales de Cataluña no sienten ese problema, no quieren la resolución de ese problema. Entonces, ¿por qué nosotros hemos sido los que hemos tenido que tocar las consecuencias de esa actitud, de esa política en que se han inspirado los gobiernos? En las presentes circunstancias no existe la vida normal del derecho y de la justicia -dicen- porque volverían las algaradas catalanas a perturbar la vida y la paz de Barcelona. Esto lo han dicho las autoridades de Barcelona y es muy posible que el Gobierno actual interprete los hechos de la misma manera, y nada más lejos de la realidad.
Queremos decir con esto, queridos compañeros y amigos, que estamos ciertos de tener que aceptar responsabilidades que no nos incumben. Nosotros somos lo suficientemente serios para aceptar aquellas responsabilidades que nos incumben, pero rechazaremos siempre, y de hoy en adelante las rechazaremos con toda energía, todas aquellas responsabilidades que nos quieran cargar y que no nos pertenezcan.
La lucha sindical de Barcelona tiene para nosotros una importancia capitalísima, no bajo el aspecto en que hasta ahora se la ha considerado; la tiene por otros que nosotros creemos más fundamentales.
¿De qué servirían tantos esfuerzos y tantos afanes si la responsabilidad de esa fuerza, si la capacidad de esa fuerza, no fuera otra que el conseguir un real más y una hora menos? ¿Habría la compensación de tantos sacrificios con ello?
De ningún modo, compañeros; y aquí tenemos que hablar con entera franqueza, con absoluta sinceridad.
Nosotros vamos, como os decía anoche el compañero Pestaña, al comunismo, vamos a la socialización de todos los bienes de la tierra. ¿Por qué procedimientos? Por aquellos que las circunstancias nos aconsejen, sin apartarnos de aquel camino que nos hemos trazado de antemano.
En este punto de mi discurso, aunque superficialmente, me voy a permitir pronunciar algunas palabras sobre el concepto que nos merece la lucha sindical y, más aun, sobre el objetivo que la lucha sindical, o el Sindicato, puede realizar.
En Barcelona hemos creído nosotros que la organización a base de Sindicatos únicos era el máximo de potencialidad y de resistencia por largo plazo con ánimo de alcanzar el máximo resultado. ¡Ah! Pero esto no solamente se refiere a la lucha presente, sino que hace también relación a lo que el mundo capitalista nos impone en estos momentos.
El Sindicato Único es la garantía del futuro régimen social.
Nosotros hemos visto en el Sindicato único algo más serio, algo más primordial, más fundamental que todo esto; el Sindicato único viene a ser la preparación colectiva, viene a ser la preparación profesional para que en el momento dado de la posibilidad de una transformación social, esta capacidad colectiva y profesional sea la garantía de las demás clases sociales tengan precisamente de cómo nosotros vamos a hacer y vamos a incautarnos de esa transformación.
Es innegable que todos los grupos, que todas las tendencias, que todos los partidos socialistas han venido a cumplir hasta ahora una misión, que han realizado una buena labor; pero es innegable también que desde este momento, cuando los hechos nos enseñan dolorosamente los fracasos seguidos hasta el presente, es también evidente, digo, que hay necesidad de una rectificación es la que nosotros planteamos y seguiremos planteando.
Ni el socialismo ni el anarquismo asegurarán la producción y el consumo.
No son los partidos socialistas, no son los grupos anarquistas los que pueden garantizar, después de la posibilidad de una transformación social, que el consumo y la producción estén completamente normalizados. No.
Nosotros hemos visto que el único elemento, que la única fuerza, que la única organización que podía tener esa garantía, era precisamente el sindicalismo, el Sindicato profesional.
La vieja doctrina del libre acuerdo preconizada por nuestro camarada Kropotkin, está desechada por la práctica, porque la realidad de los hechos ha demostrado que era impracticable.
En cambio, nosotros sostenemos las teorías de Christian Cornelissen [1] cuando dice: «No hay que fiarse de la buena voluntad del ciudadano o ciudadana en el día de la revolución o transformación social, para que se normalicen la producción y el consumo».
No, hay necesidad de capacitar esa producción, para que cuando se verifique esa transformación en la colectividad, todas las clases tengan la absoluta seguridad de que esa transformación de un estado inferior a otro superior de justicia, se va a realizar con todas las garantías, se van a realizar con todas las certidumbres, de que van a quedar cumplidos todos los deberes y todos los derechos, de que van a quedar aseguradas todas las necesidades materiales de la vida para todos los humanos.
[Aplausos.]
Y los hechos hablan, compañeros y amigos; que si al Sindicato se le hubiera dado esa responsabilidad, si al Sindicato se le hubiera dado esa facilidad, si al Sindicato se le hubiera dado esa capacidad, a estas horas ni en Hungría, ni en Rusia, ni en Alemania, ni en otros pueblos, hubiera ocurrido de ninguna manera que el proletariado hubiera demostrado su falta de condiciones, su falta de preparación para hacer prácticas de socialismo en economía y de su sentido libertador en política. Y estamos bajo ese hecho doloroso.
En Rusia, seguramente por esa falta de preparación, a pesar de esos esfuerzos gigantescos que han realizado aquellos héroes, es más que probable que, por una parte, por el bloqueo de todos los gobiernos de Europa, de toda la burguesía internacional, pero por otra también, por esa falta de preparación técnica profesional en el interior de su pueblo, para que la industria se desarrollara de una manera normal y el trabajo de una manera normal también, es más que probable -digo- que por un momento doloroso (que será un momento de transición, tal vez bueno también, porque vendrá a dar precisamente la sensación de que hay necesidad de capacitarnos para ello y vendrá a servirnos a nosotros de enmienda, y bien venido sea ese momento), en Rusia tal vez nuestros compañeros, a pesar de los esfuerzos que han hecho, no podrán consolidar el nuevo Estado, que tanta sangre, que tanto heroísmo les ha costado y en el que tantas esperanzas habían concebido.
Es innegable también que estamos en completa bancarrota del capitalismo.
Vino la guerra, determinada no por la miseria -los hechos hablan- sino por un exceso de producción y por la falta de mercados que ciertos beligerantes necesitaban en el mundo para colocar sus productos. Y así asistimos a la paradoja de que la riqueza, de que ese emporio de la civilización, de que el esfuerzo, la suma de nuestra inteligencia y de nuestro esfuerzo muscular, han engendrado la ruina, el dolor y la tragedia.
En el año 1914 había una superproducción en el mundo de un 28 por ciento y esa superproducción no encontraba fácilmente mercado para su colocación; de aquí ha venido la guerra.
Consecuencia de esto, compañeros, es que cuando una clase tiene la responsabilidad, como el capitalismo actualmente la tiene, y se encuentra en una situación tal, tal como se encontró en el año 1914, es que hay el germen ya en esa clase de su descomposición, de su incapacidad. Por eso repito, como decía al principio, que asistimos a la bancarrota de la burguesía internacional. Precisamente por eso es por lo que hay necesidad de que el sentido crítico, por una parte, y el sentido constitutivo por otra penetren en lo más hondo de nuestra actuación, porque vienen momentos tales de responsabilidad y peligro, vienen momentos para el proletariado internacional de tan majestuosa solemnidad, que si nosotros, los españoles, estuviéramos preparados y suficientemente organizados y capacitados para cuando el proletariado internacional llame a nuestras puertas para hacer e traspaso del poder de la burguesía al proletariado, daríamos otra vez la sensación de nuestra descomposición, de nuestra incapacidad, de nuestra desorganización y no podríamos realizar aquella obra que es, precisamente, el norte, que es la guía de toda nuestra actuación, y es en la que, en definitiva, la humanidad debe asentar, precisamente, todo su bienestar, toda su libertad, toda su justicia. He aquí la obra del Sindicato Único, no para que haya la ventaja de que el conjunto de los Sindicatos en determinados momentos apoye a la sección que está en lucha, no solamente para eso, queremos el Sindicato Único para que de día en día vayamos capacitándonos para esa producción, queremos el Sindicato Único para que seamos fuertes y seamos indestructibles, queremos el Sindicato Único para hacer una labor neta, realmente revolucionaria.
[Grandes aplausos.]
Queremos el Sindicato Único para cuando venga ese momento de la posibilidad de una transformación social.
Nosotros no estamos lo suficientemente preparados para hacer que el traspaso del poder se verifique con la mayor normalidad posible.
[Muy bien.]
Dentro del Sindicato Único ha de haber escuelas profesionales; dentro del Sindicato Único tienen que venir por su buena voluntad -si no vinieran, los iríamos a buscar por la fuerza- los elementos técnicos, porque necesitamos, que el momento apremia y la Historia nos empuja, estar suficientemente capacitados para dar un puntapié a todo ese edificio social carcomido que nos aherroja, que nos tiraniza, que nos mata, precisamente porque nosotros queremos vivir una vida libre y noble; porque nosotros queremos, por encima de todo, el reinado de la justicia social sobre la tierra.
[Grandes aplausos.]
Por eso no vivimos ya aislados del resto de los trabajadores del mundo, estamos en relación con los camaradas de Francia, Portugal, Holanda, Bélgica, en fin, de todas partes, y vamos haciendo que la relación se ahonde más cada día y vamos haciendo más, vamos a asistir a un Congreso internacional para decir que nuestro objetivo, nuestros puntos de vista, queremos que se discutan.
En el futuro Régimen, la hegemonía corresponderá a los sindicatos.
Nosotros creemos que, de persistir en la creencia de que los partidos socialistas o de que las agrupaciones anarquistas deben ser los que den esa regularización del nuevo organismo económico para hacer prácticas de socialismo, incurriríamos en un error.
Los unos, los partidos socialistas, vean lo que sucede en Alemania: allí existen el partido del centro, el de la derecha y el de la izquierda, modalidades después de todo que en todas las colectividades de los hombres se manifiestan.
Pues bien: cuando son los del centro los que gobiernan no se encuentran representados en el Gobierno ni los de la derecha ni los de la izquierda; cuando los gobernantes son los de la izquierda, sucede lo mismo, y cuando ocupan el poder los de la derecha no está representada ninguna de las otras dos fracciones socialistas.
¿Puede subsistir este error? ¿Son los partidos socialistas los responsables de la producción? No, no se les pueden pedir esas responsabilidades. ¿Quiénes son los que tienen las facultades para esa producción? Los Sindicatos profesionales y nada más que éstos.
[Muy bien, muy bien.]
¿Son los grupos anarquistas los que, por muy buena voluntad que tengan, puedan garantizar el complicado organismo y asegurar a la comunidad y a la colectividad social todo lo indispensable para la vida? No, porque esto que los camaradas anarquistas en este punto sostienen, no es más que un desahogo y un deseo; más que nada es un problema moral; pero la colectividad, las Sociedades no pueden inspirar sus actos en la buena voluntad, deben contar con la realidad, y esto se traduce en una forma harto impertinente, y por eso precisamente es por lo que los grupos anarquistas adolecen de los mismos defectos y del mismo vicio de origen que los partidos socialistas.
No, no es el partido socialista del centro, ni es el partido socialista de la derecha, ni es el partido socialista de la izquierda los que pueden asegurar la producción, es el delegado del Sindicato de transportes, es el delegado del Sindicato de la alimentación, es el delegado del Sindicato metalúrgico, es el delegado del Sindicato de construcción el que tiene la responsabilidad, por la representación que ostenta, de asegurar todas aquellas necesidades que el conjunto de la colectividad tenga.
[Muy bien, muy bien.]
Por eso nosotros, en un próximo Congreso internacional, vamos a plantear esa cuestión, y vamos a decir que la hegemonía del proletariado no pueden ejercerla ni los partidos socialistas ni los grupos anarquistas; esa hegemonía deben ejercerla los Sindicatos profesionales, los sindicalistas.
[Muy bien, muy bien.]
Os he esbozado ya muy superficialmente, como os decía, lo que nosotros entendemos y creemos que se debe realizar. El tiempo es un factor importantísimo que hay que tener en cuenta y que no hay que desechar. Nosotros creemos que sería suicida, que sería criminal, el que en estas circunstancias, en el actual momento histórico, nos entretuviéramos aún en discusiones acerca de todo; y menos mal si se trata de discutir cosas, porque cuando se discuten personalismos es cuando realmente se pierde el tiempo. Hay necesidad de que los hechos sean una viva acción para todos.
¿Qué hubiera sucedido, qué sucedería ahora mismo, compañeros y amigos, si la revolución triunfante por toda Europa -aceptemos esa posibilidad- viniera a llamar a nuestras casas y a nuestras puertas? Contestad vosotros por mí. No estamos preparados, no tenemos organización, tendríamos incluso que decir a la burguesía: «No, nosotros no queremos aceptar esa irresponsabilidad espera un momento; espera un momento; espera a que nos orientemos, no sabemos de lo que se trata».
Así tendremos que conducirnos. ¿Por qué? Porque nosotros no estamos preparados, porque no estamos suficientemente organizados, porque no sabemos nada, salvo honrosas excepciones, de esas cosas, y eso es lo que hay necesidad de hacer: saber de esas cosas, prepararnos para esas cosas, porque todas las ideas, absolutamente todas, triunfan cuando hay capacidad y organizaciones; pero cuando hay solamente el sacrificio de luchar, pura y exclusivamente, el sacrificio de lucha sin esa capacidad y esa organización, de poco sirve, compañeros y amigos.
Hay que capacitarse y organizarse para el día del triunfo
Hay necesidad de que al exponer nuestras personas, de que al exponer nuestra libertad, al exponer incluso nuestras vidas, tengamos también preparada la capacidad, traducida en un instrumento de organización, para que se traduzcan en realidades aquellas cosas por las cuales nosotros luchamos.
Sin eso no se consigue nada, sin eso todas las luchas son absolutamente inútiles; por eso hay necesidad -y a ello os invito, compañeros y amigos- de que nos preparemos, de que nos capacitemos, de que nos organicemos. Hay que leer mucho y discutir más; pero cuando llegue el momento de traducir en realidades todas esas cosas, que nos encuentren suficientemente preparados, que nos encuentren teniendo la idea macho, que tengamos el brazo fuerte, que tengamos la organización verdadera para traducir en realidades nuestras ideas. De esta manera es como la burguesía ahora nos emplaza a una lucha de unos cuantos céntimos más; de esta manera es como iremos socavando los cimientos que la sostienen; de esta manera es como nosotros, en definitiva, lograremos el triunfo de nuestras ideas, como nosotros nos haremos dignos de nosotros mismos y escribiremos en las páginas de la historia la única cosa que hay que escribir: la libertad económica de los hombres, que es la precursora, que es la base de la libertad económica de los pueblos.
[Gran ovación.]
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[1] Nota sobre Christian Cornelissen:
Christiaan Gerardus Cornelissen (30 de agosto de 1864 - 21 de gener de 1942) escriptor holandès, economista, sindicalista i anarcocomunista. Fill d’un fuster de Bolduque, Brabante Septentrional. Mestre d’escola primària a Middelburg, Zelanda. A finals de 1880 començà a treballar a ‘Recht voor Allen’ (Justícia per a tothom), òrgan imprès de la Lliga Socialdemòcrata (Sociaal-Democratische Bond, SDB). Al costa de Ferdinand Domela Nieuwenhuis va liderar la SDB, membre del Comitè Central i cap de la secretaria internacional. Va continuar en la SDB, quan es va denominar Lliga Socialista, durant la ruptura del Partit dels Treballadors Socialdemòcrates (Sociaal Democratische Partij Arbeiders, SDAP). Assistí al segon congrés de la Segona Internacional a Brussel·les, com a corresponsal especial de la publicació ‘Recht voor Allen’, i delegat del sindicat de ferrocarrils holandès, contribuent a la resolució antimilitarista de l’ala esquerra del congrés esmentat.
El 1891 va traduir el ‘Manifest Comunista’ a l’holandès. El 1893 fou cofundador de la Secretaria Nacional del Trabajo (Nationaal Arbeids-Secretariaat; NAS). El 1894 es va relacionar amb l’anarquista i sindicalista francès Fernand Pelloutier i va donar suport als anarquistes expulsats del Congrés de la Segona Internacional el 1893 a Zurich.
La creixent influència dels socialdemòcrates a la Lliga Socialista comportà el trasllat de Cornelissen a París l’any 1898, encara que va mantenir el contacte amb el moviment sindicalista en los Països Baixos i continuar publicant a la ‘Volksblad’ i diverses publicacions anarquistes.
A París, milità al costat d’anarquistes que havia connectat al Congrés de Zurich. Parlava anglès, alemany, francès i holandès, cosa que va fer que actués de traductor. Va escriure a ‘La Voix du peuple’ i ‘La Bataille syndicaliste’, amb el seudónimo de Rupert, en referència a la seva esposa Katharina Elisabeth Frederike (Lilian) Rupertus, puix Cornelissen temia ser expulsat de França si es descobria la seva activitat anarquista. El 1903, Lilian Rupertus i Cristiaan Cornelissen van tenir un fill, Fred.
Els contactes internacionals de Cornelissen foren útils en les tasques d’organització, el 1907, del Congrés Internacional Anarquista celebrat a Amsterdam, en que es van aconseguir relacions entre anarquistes d’arreu de món. Des de 1907, va editar ‘Bulletin internationale du mouvement syndicaliste’. També va tenir un paper important en l’organització del Congrés Internacional Sindicalista de 1913 a Londres. Durant la Primera Guerra Mundial, Cornelissen va fer costat a Kropotkin i altres anarquistes i va entrar en la greu contradicció sindicalista, a diferència de la CNT, que denunciava la guerra interimperialista i defensava la lluita de la classe obrera contra el capitalisme, de donar actiu suport a la Unió Sagrada, aquella desgraciada treva patriòtica entre l’Estat imperialista francès i gran part del moviment socialdemòcrata i, també, en el marc sindicalista. En aquest sentit, Cornelissen va publicar diversos opuscles contra Alemanya i en suport a les potències aliades en el decurs d’aquesta terrible guerra que es va iniciar fa cent anys, adherint-se al denominat manifest dels seixanta anarquistes, encapçalat per Kropotkin. El seu suport a la guerra interimperialista allunyà Cornelissen de la gran majoria de companys sindicalistes i anarquistes d’arreu del món.
Després de la guerra del 14, es va dedicar especialment al camp dels estudis econòmics, als qual feia referència el líder de la CNT Salvador Seguí en la seva conferència a Madrid l’octubre de 1919.
L’any 1944 es va publicar pòstumament ‘Traité général de la ciencia économique’ (Tractat general sobre la ciència econòmica), una nova elaboració sobre ‘Théorie de la valeur’ (Teoria del valor), que havia publicat l’any 1903, on refutava la teoria del valor treball, a la que s’havien adherit tant economistes clàssics com el mateix Karl Marx. Cornelissen havia mort l’any 1942 a Domme.
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